miércoles, 14 de enero de 2009

EL CONSUMISMO

El consumismo es la introducción al consumo no necesario a través de una larga publicidad que lleva a la compra de productos no necesarios y rápidamente sustituibles por otros, igualmente innecesarios y poco perdurables, con el fin de mantener la producción.
En el consumismo es importante el hecho de consumir, tal vez lo más característico sea el hecho insaciable que crea.
También podemos definir el consumismo como una forma de estimulación no necesario, propio del capitalismo destinada a actuar como mecanismo de sostenimiento de una actividad productiva creciente.
Con estas definiciones podemos decir que hoy en día nuestra sociedad se a convertido en una sociedad muy consumista. Hoy en día, como por ejemplo los jóvenes, se han convertido en unos grandes consumistas: “me voy a comprar las zapatillas que salen en la tele”. La juventud se a convertido en el centro de la producción y en los técnicos de ventas con la intención de crear más necesidades: el producir, usar y tirar se convierte en la necesidad de descubrir, experimentar y vivir nuevas y continuas experiencias del joven.
Nos hemos convertido en una sociedad en la que cuanto más tenemos, más queremos.
Las mujeres son también grandes consumistas. Las grandes empresas han conseguido abusar de la mujer, por ejemplo para vender una colonia, utilizan a una mujer guapa y atractiva o en su defecto, famosa.
Pero todos en general hemos llegado a ser unos grandes consumistas, en la medida de que si sale en la televisión, tengo que comprármelo.
Todos tenemos que consumir productos o servicios, es evidente.
Pero no voy a hablar del consumo normal sino el irracional el compulsivo el que conocen también los expertos en “Merchandising” .
La “compra compulsiva”, por capricho, que no responde a necesidades del individuo crece sin parar.
En este factor también influyen la publicidad, las marcas, las fiestas (como la Navidad) que veremos a continuación.

El consumismo en Navidades
Las fiestas navideñas, más allá de su significado religioso, constituyen la época privilegiada del año para hacer regalos. En estas fechas, las empresas sacan sus productos al mercado y bombardean al consumidor con sus mejores ventajas y cualidades envueltas en el celofán brillante de la publicidad. Es inevitable caer y comprar no sólo los productos alimenticios que se necesitan para las cenas y comidas navideñas sino también los regalos de diferentes caracteres y precios para familiares y amigos.
Los grandes almacenes se llenan y cierran en horas inoportunas y los ciudadanos se dejan llevar por la publicidad y la ansiedad para adquirir más productos de los que se necesitan Y es que las Navidades son las fiestas consumistas por excelencia y más de uno se pregunta si alguien todavía se acuerda de verdad del significado de las celebraciones religiosas. Comprar, comprar y comprar, todo el mundo quiere comprar y regalar .
La gran demanda navideña es aprovechada por las empresas que ponen los precios de los productos por las nubes. Es la época en la que aparecen los productos típicamente navideños como turrones, polvorones, champán, cavas o mariscos.
Los viejos valores de la Navidad como festividad que rememora el nacimiento de Jesús para los católicos o la unión familiar que se establece en estas fechas, desaparecen ante las compras y los regalos. Pero a todos les da igual, porque las calles se engalanan de luces y las casas se adornan con belenes y árboles navideños y si la Navidad sirve de pretexto para comprar, pues entonces bienvenida sea, porque la sociedad en la que vivimos es consumista por naturaleza.

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